Viejos habitos
De una manera y otra somos personas de hábitos. Cerré el anterior blog porque lo leia demasiad gente. Bueno, tampoco tanta, pero mucha gente que me conocia en persona y total, para tener que estar cuestionandome lo que escribo pues como que no merece la pena.
Me gusta ser anónimo. No ser más que una cuenta más entre los millones de ellas que existen en blogger. Así es más sencillo escribir. Así cumple su función. Vale, sí, que si quiero un diario lo escribiria para solo leerlo yo, pero en el fondo es el exhibicionismo lo que nos lleva a hacer ciertas cosas. Negar la realidad es una soberana tontería.
Hace poquito que fue mi cumpleañosm, y para mi desgracia ya estoy más próximo de los 30 que de los 20, quién lo diria. Y todavía visito tiendas de comics, y deso frikadas de manera descontrolada. Todavía me sigo sintiendo igual que cuando tenia unos cuantos años menos, aunque con unos cuantos palos más encima y sin un montón de cosas que perdí por el camino. Es una pena, pero supongo que es inevitable sentirme así.
Suena muy tonto, pero ya ultimamente soy yo la excepción en tema de relaciones. Soy el único no ennoviado de (casi) todos mis amigos. Las excepciones son pequeñas y ya la gente te empieza a mirar de manera extraña como si fueras un desviado o algo así. Da igual. La única realidad es que me torturo pensando en las personas tan estupendas que he perdido como pareja porque no soy capaz de volver a enamorarme de alguien como hacia antes. Quizás no fueran las personas adecuadas, pero quizá si.
No pienso más ultimamente en el hecho de haber perdido a A. Es la mejor persona que he conocido y sin embargo no fui capaz de sentir algo que me uniera a ella. No sé, me da miedo. Para que engañarme.
Hoy estoy especialmente triste. He tenido una mañana rara. Y tengo que estudiar.
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